Margarita Álbarez: La felicidad en el mal.

Articulo: La felicidad en el mal.
(Margarita Álbarez)

Laclos, autor de “las amistades peligrosas” en los cuales se alzó el marques de Sade. En el todo es bien, es obra de Dios, Rousseau lo transformo en “todo es mal, todo es obra de Satanás”.
Rousseau junto a la propuesta de encontrar el remedio del mal en el mal mismo existe otra de Sade que definen de la practica del mal como una actuación conforme ala naturaleza, cuya primera ley es la destrucción, para el asesinato es mas que un poco de materia desorganizada, algunos cambios en las combinaciones, algunas moléculas rotas y vueltas a echar en el crisol de la naturaleza que las devolverá bajo otra forma, en pocos días de tierra.
Sin embargo este, anormalismo encierra una paradoja: si lo que hace el sádico es actuar conforme a un orden natural que ordena la destrucción, entonces no hace mas que obedecer esa ley y no hay ninguna trasgresión . En consecuencia, tampoco obtiene ningún goce. Obtenerlo exige ultrajar ese orden natural y una manera de hacerlo es la práctica de la virtud.
El sádico necesita una ley que transgredir, una moral, una moral que corromper, un Dios para profanar y blasfemar, y poder así acceder a la fuente de la voluptuosidad que implica el horror, la división, que tales actos provocan en el creyente. Por ello, Lacan concluye que la teoría moral que defendía la liberación del deseo estaba condenada al fracaso.
Bajo la influencia de esta estética de la maldad, el descubrimiento del horror como fuente de deleite y belleza afectara al concepto mismo de esta que pasa a aunar en si el horror y la fascinación.
Tras la revolución Francesa, la estética no se rige ya por el canon de lo bello sino por el de lo sublime, Aunque los antecedentes mas próximos de tal cambio se pueden situar en la obra de los libertinos, el tema de la voluptuosidad en el dolor estaba ya presente en la icnología cristiana.
El referente que vamos a presentar “Las diabólicas” de Barbey d´Aurevilly, fue publicada en 1874, es decir casi un siglo después. Entremedio tenemos el periodo romántico.
El termino “Satanismo” se utilizo por primera vez en 1821, los escritores satánicos expresaron su simpatía hacia el demonio.