miércoles, 22 de abril de 2009

David Le Breton: Antropologia del dolor. (Resumen libro)

DAVID LE BRETON
Antropología del dolor
(Biblioteca UMH 16.74:616.LE ant)

Los hombres, según su condición social o su historia personal, no reaccionan de la misma manera frente a una herida o enfermedades idénticas; no tienen el mismo umbral de sensibilidad.
La relación íntima con el dolor depende del significado que éste afecta al individuo.

HOMBRE- CULTURA-VALORES (suyos, su relación con el mundo)

El dolor es un hecho situacional, el dolor es intimo, esta impregnado de materia, social, cultural y relacional, es fruto de una educación.

La Biología es la que trata de estudiar el mecanismo del influjo doloroso, describir con objetividad requerida el origen, el recorrido y el punto de llegada de un estimulo.

La Psicología y la Filosofía relatan la anécdota del dolor, la experiencia subjetiva del individuo.

Existe una publicación de Freud y Breuer en 1895 “Estudios sobre la histeria” donde se ilustra la lógica del inconsciente en los sufrimientos de la histeria, se puede apreciar un acercamiento estrictamente neurológico y recordaba al hombre como el apéndice indiferente de una actividad biológica autónoma del cerebro.

En la actualidad el dolor va más allá.

Dolor= Sensación útil para la conducta del individuo más su impresión sensorial.

Las percepciones sensoriales que contribuyen a moderarlo son el frío, calor o masaje, existen otros remedios que lo inhiben como la concentración, la relajación o la ebriadez etc.
Otras que aceleran su difusión como el miedo, la fatiga o la contracción.

No hay dolor sin sufrimiento
Esta es la definición de la Internacional Association for the Study of Pain.

Dolor = Sensación desagradable y una experiencia emocional de respuesta una espera real.

Dolor = Manifestación ambigua de defensa del organismo, la existencia humana seria vulnerablemente sise privara de la capacidad de padecerlo.

El dolor protege de las amenazas y te deja una huella en la memoria, el dolor es un estado molesto pero también de defensa, por ejemplo uno de los síntomas de la lepra es la insensibilidad del dolor, en este caso la vista y el oído deben sustituir al sentido interno del dolor, el es una relación de complejidad que une el hombre con el mundo.

René Leriche, contradice lo del dolor como defensa, según él el dolor no es mas que un síntoma, molesto, ruidoso penoso y a menudo difícil de suprimir, no hace nada mas que confundirnos.
Hay enfermedades que no existirían si no fuera por el dolor.
El dolor es una manifestación caprichosa que prosigue su camino torturando la existencia sin revelar nada apropiado para mejorar el estado del paciente.
También hace hincapié en las enfermedades que se instalen en nosotros sin previo aviso y que cuando llega el dolor es demasiado tarde.
(R.Leriche, Chirurgie de la douleur Mansson, Paris 1949)

En la Religión cristiana por ejemplo, el hombre no huye del dolor, si no se entiende como una ofrenda, el cristiano en otros tiempos se esforzaba en pagar la deuda contraída en ocasión del sacrificio de Jesucristo. Todo el sufrimiento consentido se transforma entonces en una prueba de amor, un signo de devoción.
La iglesia hoy en día ve en el sufrimiento de Cristo una demostración de amor hacia la humanidad. El camino hacia la cruz ya no se impone al fiel.
Otros usos del dolor son clásicos o de corrección, son aquellos que el castigo es corporal, tortura, suplicio etc.
Los Ritos de transito implican a menudo una prueba dolorosa que da fe de la determinación fuerza del carácter.
El dolor acompaña el cambio de estatuto del joven, la perfección social de su cuerpo y de su identidad que traducen las marcas físicas infringidas.
Un dolor identificado con una causa, tiene un significado, es mas soportable que un dolor que u dolor que permanece en él sin sentido, no diagnosticado, incomprendido por el sujeto.

Según Epicuro:
Cuando un placer se le ofrece al ser humano conviene saborearlo, impregnarse de él. Cuando llegan los malos tiempos del dolor, el recuerdo de aquél es un precioso recurso.
(Esto es un remedio natural para disminuir el dolor, físico o psíquico, pensar en otras cosas. Combatir el dolor con recuerdos buenos o bonitos.)
Epicuro confía en el poder interior del hombre y en su razonamiento.

Epicuro:
En la enfermedad, mi pobre cuerpo, no hablaba jamás de ello a quienes venían a verme. Pero seguía ocupándome de los principios concernientes a los temas naturales, buscando sobre todo saber como el pensamiento, aun resistiéndose con las connotaciones del cuerpo, permanece exentos de perturbaciones y conserva el bien que le pertenece.
El hombre no reacciona ante una situación, si no ante la opinión que se ha formadote esta, cuando el ser humano que sufre lucha contra sus dolores posee todos los medios apropiados para contenerlos o disminuirlos, aunque los tratamientos médicos hayan fracasado.
También podríamos hablar del Yoga, relajación, sofrología, meditación o hipnosis.

Anécdota:
Kant, presa de sus ataques de gota, fijaba la atención en un hombre o un objeto cualquiera que le permitía no solo olvidar su pena, si no además, dormirse.

El Dolor y el Mal: Desde la Biblia hasta el Corán.
Para la conciencia religiosa es una objeción apremiante, los sistemas religiosos interpretaron el sufrimiento humano en sus explicaciones del universo. Buscaron justificarlo en relación a Dios, Dioses o Cosmos, e indicar como los hombres de su causa y moral de los comportamientos que seguir.

JOB
La tradición bíblica, la enfermedad y el dolor aparecen después de Adán y Eva.
El Mal es desconocido, el sufrimiento es extraño al Edén.
El hombre conoce la fragilidad de su nueva forma de existencia.

DOLOR= CONCIENCIA.

El hombre se separa de Dios, desde ese momento irrumpe el Mal al hombre.
En los relatos de la Biblia suelen asociar la prosperidad y la salud con la fidelidad del hombre a los mandamientos de Dios, desgracia, sufrimiento, y dolor a toda la infracción de la ley.
El castigo recae sobre aquel que se aloja del recto camino y provoca la cólera divina, el dolor es la señal de un pecado.
El sufrimiento no es una transmutación del alma, es un mal fuera del alcance de la inteligibilidad, pero del cual el hombre está autorizado a lamentarse.
En los judíos es extraño a la ascesis o a la mortificación. Inflingirse voluntariamente un dolor para acercarse a Dios no tiene sentido.

El Rabino E.Gugenheim= En la agonía, cuando el sufrimiento es intenso, aunque la eutanasia activa este prohibida, en las plegarias puede pedirse a Dios que nos lleve a su seno.

Para los judíos el dolor no es un castigo, ni un camino de redención o una gracia particular.
En la tradición cristiana, el dolor esta unido al pecado original, es inexorable de la condición humana. El dolor no es el castigo divino inflingido a los menos dignos, no es en consecuencia del pecado, mancilla o impureza, si no una oportunidad de participar en los sufrimientos de Cristo en la Cruz.
La aceptación del dolor es una forma posible de devoción que acerca a Dios, y purifica el alma.
En la edad media, se considero una gracia particular, agudiza la humanidad y templa el alma.
En la actualidad, el dolor se sirve como un trastorno que en principio merece alivio.
Los médicos franceses durante largo tiempo, tendieron a percibir pequeñas dosis de morfina para aliviar el dolor crónico, o los de agonía.
En el 87 Francia, se empleaba en estos casos veinte veces menos morfina que en Dinamarca y el resto de los países escandinavos.
Los ingleses crearon un movimiento en los hospitales con el objetivo de aliviar los sufrimientos de la agonía y acompañar a los moribundos.
La reina Victoria en 1953 pidió una anestesia con cloroformo para dar a luz a su segundo hijo.

Existe una palabra cristiana: “Parirás con dolor”

En el Islam significa sumisión a las decisiones de Dios, el musulmán no se rebela ante la adversidad o los sufrimientos que lo afectan, los males de este mundo son pruebas destinadas a medir su fe.

El dolor es un trago amargo que acerca al hombre a su creador, si en su omnipotencia Dios ha adquirido dolor, el hombre no puede sustraerse a él.
El Dolor no es sanción por una falta, esta predestinado, inscrita en el hombre mucho antes que su nacimiento, pero si Dios ha creado el dolor, también ha dado el hombre los medios para combatirlo.
El culto del dolor es desconocido en el Islam, el Corán tiene casi una resonancia hindú, solo importa la vida futura en el paraíso por llegar, al cual nos conduce el buen gobierno en la vida.
Matarse para escapar del sufrimiento o la eutanasia es ajeno a la mentalidad musulmana.

Dios dijo: “Mi servidor se ha adelantado a mí en relación con su vida. Declaro que el paraíso le es inaccesible”

El Dolor merecido de las espiritualidades orientales.

Las grandes religiones orientales como el hinduismo o el jainismo, y sobre todo el budismo, tienen su sufrimiento en el centro de sus metafísicas. Al mismo tiempo que comprueban el carácter doloroso de la condición humana, unas y otras, cada cual de acuerdos con su camino, proponen la liberación.

Anirudha:
“El cuerpo es dolor, porque es el lugar del dolor; los sentidos, los objetos, las percepciones con sufrimiento porque conducen al sufrimiento; hasta el placer es sufrimiento, por que viene seguido de sufrimiento.”

El sermón de Benarés, discurso inaugural de Buda, afirma que el hombre está inmerso en un infinito dolor desde que nace hasta que muere. Pero la espiritualidad oriental no se hunde en la desesperanza, sino que hace de la toma de conciencia del dolor como mantillo de la existencia una condición de la liberación.
La espiritualidad oriental, la suma de dolores que afectan a un ser humano se asocia con las consecuencias de la trasgresión. Pero el tema de Job carece de significado en ella, porque la responsabilidad no remite a una falta abstracta que pesa sobre los seres humanos, como el Pecado original, ni las consecuencias de las acciones de la humanidad actual.
El alma no nace de una sola vez, envuelta para siempre en un rostro y una carne que realizan sin equivoco a un ser humano reconocible entre todos.
El hinduismo llama atman a ese principio espiritual que acoge a las formas sucesivas antes de su disolución última en el brahmán (la Unidad, el Universo). El budismo se aleja de nociones como la de brahmán o atman.
El nirvana está al alcance de cualquier hombre.
El nacimiento aparece como una creación cuando en verdad es metamorfosis, nueva prueba sobre el camino del samsara ( el ciclo de las reencarnaciones); la muerte evoca un fin una disolución del ser, pero es un paso hacia el abandono de unos despojos en espera de una nueva forma.
El Budismo, asocia la entera existencia con el sufrimiento.

La vida es un tormento, diseminación del dolor que conduce a una gradual purificación. Velo tras velo, la ignorancia decrece, las ilusiones se disipan. Pero antes de alcanzar la liberación hay un largo camino mientras la amarga copa del karma no se haya bebido hasta las heces.

El dolor se origina en el principio de retribución que rige el karma. El karma traduce a un modo de existencia los efectos inducidos por las acciones positivas o negativas. A lo largo del samsara, el cuerpo es un mero atuendo provisional que da apariencia un principio espiritual comprometido en esta aventura de maneta eterna.

La suma de alegrías o de dolores nunca es fruto del azar o de la libertad, sino la herencia necesaria, en un momento dado, de las vidas vividas.

El hombre que sufre debe enfrentase a sí mismo. El sufrimiento está justificando en el orden del mundo. Toda forma de existencia actual es una justa cosecha en relación con la siembra de acciones de las vidas anteriores.

El dolor como moral

El dolor tiene consecuencias morales incluso entre individuos no religiosos. El dolor es una incisiva imagen del mal.
La idea de enfermedad merecida, del sufrimiento que viene para castigar la conducta reprobable de un individuo todavía esta profundamente arraigada en las conciencias contemporáneas. Todo dolor sentido hace brotar, en secreto o no, el sentimiento de injusticia que despierta el grito de Job sepultado en cada ser humano.

Ritualización del dolor

Comprender el sentido de la pena es otra manera de comprender el de la vida. Todas las sociedades humanas integran el dolor en su concepción del mundo, confiriéndose un sentido, y hasta un valor, que desactiva la desnudez de aquél y con frecuencia hasta su agudeza. Dichas concepciones del mundo inscriben el dolor en sistemas de causalidad que pretenden explicar su origen, y sobre todo se procuran los medios simbólicos y prácticos de combatirlo con las medicinas particulares que cada una elabora. La atribución de un sentido a su dolor permite al hombre mantener intacta la mirada sobre las cosas, rechazar el pánico.
Al integrarse en una cultura que le da un sentido y un valor, el dolor atenúa su dureza.
El significado colectivo asignado al dolor, y las manifestaciones ritualizadas que lo expresan a los demás, son recursos simbólicos que permiten al hombre seguir siendo dueño de su destino al manejarse como prefiera con su enfermedad.
Los seres humanos encuentran su capacidad de resistencia personal en principio en lo que saben acerca de las resistencias de los demás: esta resistencia esta hecha a la medida del grupo social de pertenencia.
Todas las sociedades definen implícitamente una legitimidad del dolor específica para circunstancias sociales, culturales o físicas consideradas penosas.
Cada experiencia, cada enfermedad, cada lesión esa asociada a un limite impreciso de sufrimiento. L a sociedad indica simbólicamente los límites de lo lícito, y al hacerlo rechaza los posibles excesos.
Cuando un sufrimiento exhibido parece desproporcionado con la causa y escapa del marco tradicional se sospecha complacencia o falsedad.
Por el contrario, allí donde la ritualización del dolor recurre a la dramatización se comprende mal a quien interioriza su pena y no dice nada a nadie.
El malestar nace de una situación insólita que vuelve incongruente la compasión que los íntimos se sienten obligados a dar. El dolor tiene unos ritos que no se pueden transgredir sin riesgo a indisponer o apenar las buenas voluntades.

El lactante sufre, como atestiguan sus gritos, lloros, quejas, su rechazo a los contactos, incapacidad de jugar, agitación o postración. Le faltan las palabras para dar significado preciso a lo que siente entonces. Sin embargo las reacciones de quienes le rodena ponen en marcha la elaboración de su sensibilidad. Los gestos, las palabras de consuelo, atenciones o la indiferencia hacia él, los significados percibidos en las palabras intercambiadas a su alrededor, todo ese ambiente afectivo en que esta inmerso, marca con un sello original su relación con el sufrimiento. La manera en que un individuo reacciona frente al dolor se arraiga en buena parte en los primeros años de vida y en tipo de atención de los padres a las heridas o enfermedades de la infancia.
En las sociedades occidentales la educación de los niños durante mucho tiempo estuvo marcada por las diferentes imágenes asociadas al muchacho como futuro jefe de la familia, y la muchacha como futura esposa y madre. La educación familiar y escolar privilegia para el primero la firmeza ante el dolor y por el contrario alienta el despliegue de la afectividad de la segunda.
La norma es que el hombre apriete los dientes ante el dolor para evitar que se lo tome por una “mujercita”

La ofrenda del dolor
El dolor, esta a disposición del hombre que desea atestiguar su determinación o demostrar la intensidad de su fe. El efecto está garantizado socialmente y el místico no duda del interés de Dios por su acto. La adopción de ese camino exige una pasión poco común, y permite identificar el carácter bien templado de quien se atreve a emplear un medio semejante.
Si en principio toda persona huye instintivamente del dolor y no se complica la vida utilizándolo como prueba y prefiere medios radicales, cada uno puede exponerse a él a voluntad. Por esa razón el designio de hacerle frente atestigua una excelencia nada común. Soportar el dolor en el propio ser es contradecir lo inaprensible, someter la propia voluntad lo que aplasta al hombre corriente y lo deja sin más voz que el grito. Al controlar esa violencia y moderarla con devoción en el interior de si mismo, el ser humano se subordina al dolor en lugar de someterse a él.
Para los demás no hay una prueba más significativa que atestigüe su determinación, y sobre todo no la hay para Dios. Si para el judío o el protestante el dolor no está dotado de virtud particular alguna, para el hindú, y hasta para el musulmán, es un medio de ejercitar el cuerpo y someterlo a la voluntad. En cambio, para el cristiano encarna la paradoja de darse como una prueba de amor.
La tradición cristiana ha dado sobre todo un significado eminente al dolor libremente consentido como matrimonio a modo de existencia.
La desgracia o el dolor son sin duda el desamparo de los pobres o de los oprimidos, pero también el objeto de elección de los importantes, o de los santos, quienes, teniendo los medios para otra condición, deciden instalarse en la miseria o el dolor como un reino.
La pasión de Jesucristo erige el dolor en sacrificio consentido para la providencia de la humanidad pecadora. La ofrenda de dolor de Cristo ha borrado la mancha del Pecado original. Pero ese don paradójico ha vuelto al hombre deudedor de su salvación, sin otra salida que la adopción de un camino semejante para satisfacer esa deuda infinita.
El martirio ofrece una posibilidad de seguir el camino de Cristo por la imitación de los dolores y el sacrificio ultimo de sí en el nombre de la fe.

En el 107 san Ignacio fue arrasado por los romanos. Contra la voluntad de aquél, los ricos e influyentes cristianos de Roma emprendieron diligencias con vistas a su liberación. Una carta del obispo de Antioquia suplico a la Iglesia romana que no intercediera en su favor para evitarle u n martirio que Ignacio deseaba con todo su fervor.
“Es vuestra caridad lo que temo -escribió san Ignacio-, vosotros no tenéis nada que temer; yo pierdo Dios si vosotros con seguís salvarme. No quiero que busquéis complacer a los hombres, sino que perseveréis en complacer a Dios.
Nunca volveré a encontrar una ocasión como ésta de reunirme con Él; y vosotros nunca haréis mejor obra que absteneros de intervenir (…)

Soy el trigo de Dios: es necesario que sea molido por las dentaduras de las fieras para que sea puro pan de Cristo.

El dolor para existir

Fuera de la evocación religiosa, ciertos individuos conducen su existencia por un constante camino de dolor que ninguna circunstancia consigue eliminar.
Esta predisposición afecta a ciertos tipos de personalidad y colorea ciertas trayectorias vitales.
Otras, son herederas de una relación particular con un madre poco comunicativa, de modo que el dolor es para el niño el último recurso para atraer su atención.
El dolor es una prenda de autenticidad, signo de la sinceridad exhibida ante los demás y ante sí mismo. Se rige como un mecanismo que permite mantenerse sobre el filo de una vida inestable y amenazada. El dolor evita la caída y se ofrece como un escudo invencible contra los azares de la existencia. “sufro por lo tanto existo”
El dolor también como es como un arma política, como lo demuestran las huelgas de hambre.
El lugar del dolor es variable, depende de las historias personales. El momento presente reaviva males antiguos, curados, pero cuyo recuerdo perdura en el corazón del individuo.
Sobre un dolor actual rebotan penas pasadas que acentúan el sufrimiento presente de un modo penoso y duradero; las identificaciones con los allegados desembocan en copias de síntomas.
Este contexto particular, el dolor protege al individuo de contenidos inconscientes que si surgieran de manera súbita lo destruirían; y fija afectos que permiten mantener el sentimiento de identidad. Lejos de ser destructivo o anunciar una lesión, asegura un función de salvaguardar del individuo.

El dolor como Educador

El dolor inflingido al individuo desprotegido es un medio de gobierno del otro, de dominio sobre su comportamiento, si no sobre su conciencia.
El dolor administrado es castigo, marca en la carne el efecto moral o que se presume como tal; sanciona la conducta errónea.
En la sociedad griega o romana, por ejemplo, el padre disponía de un poder ilimitado sobre los suyos y sobre sus esclavos. El castigo corporal solía ser de rigor. En Roma era algo tan corriente que había hombres que hicieron del castigo profesión y que se paseaban por las calles con un látigo y aceptaban los encargos de los amos. La educación solía estar asociada con el castigo, en caso de resistencia del alumno.
Los traductores alejandrinos no han vacilado, para traducir la palabra hebrea misar (educación, castigo), en emplear el vocablo paideia, que para ellos significa simplemente “castigo”. La tradición latina es parecida. Los vocablos hebreos misar y tokahath tienen las raíces yst y ykh cuyo sentido es corregir mediante buenos consejos morales, o el de castigo.
Disciplina proviene del latín “disciplina”, “enseñanza”, “ciencia”, etc. Hasta el siglo XIV el vocablo significo sobre todo “castigo”, significado salido del latín eclesiástico de la Edad Media, Luego “matanza” y por otra parte “instrumento de flagelación”.
La Biblia podemos encontrar muchos ejemplos de sufrimiento educador. La experiencia del dolor muestra en ella no tanto una apertura al mundo como una tajante llamada a la verdad y fidelidad a los mandatos de Dios. Nos sirve tanto para enseñar como para poner a prueba la fe y reavivarla.
Los castigos corporales, dibujan de manera lógica unos principios de funcionamiento y gobierno de los jóvenes. La imperfección original de los niños debe ser corregida por el rigor de la educación y no dejaba nada al azar. Las varas se convierten en la insignia del maestro de la escuela, la marca de la dependencia bajo la cual el maestro mantiene a sus alumnos.

El dolor inflingido

Infligir dolor para castigar un despropósito, una infracción o imponer el orden es desde hace mucho tiempo un principio de intimidación y de poder, una manera de dominio del otro proporcionada a su impotencia para defenderse. El poder de un hombre o de un Estado se mide por la suma de dolores que es susceptible de prodigar sin que ninguna de sus prerrogativas resulte amenazada por la resistencia de las victimas o el rigor de la ley.
La imposición del dolor y de la humillación persigue una lógica de anulación de la victima. El dominio sobre el cuerpo es el dominio sobre el hombre, su condición, sus valores más queridos. Otorga al Estado o a un grupo, los beneficios políticos de un instrumento de terror sobre la población.
El sufrimiento mental agudo que provoca los malos tratos físicos prolonga sus efectos en la existencia durante largo tiempo, e impide recuperar su lugar en el mundo. Si el dolor altera los fundamentos de la indefensa y la humillación. La tortura supone algo peor que la muerte, vuelve deseable el suicidio para escapar del cuerpo.

El dolor iniciático

El dolor acompañado de los ritos iniciativos de un numero de sociedades tradicionales-, es un recuerdo enclavado en la carne como una marca que en adelante significara la apariencia física del individuo iniciado: circunsicion, exsicion, subincision, limado o extracción de los dientes, amputación de un dedo, escarificaciones, tatuajes, escoriaciones, quemaduras apaleamientos, novatadas, etc. El dolor es el anclaje común escrito sobre el cuerpo del iniciado.
Por ejemplo en la cultura bariba, toda manifestación ostensible de sufrimiento suscita a la vergüenza. El modelos de conducta socialmente exigible manda la indiferencia y la prosecución de la tareas cotidianas. El hombre o la mujer son más fuertes que la naturaleza que se expresa en ellos. Ellos soportan el dolor del mismo modo que aprendieron a hacerlo en ocasión de la circuncisión o la clitoridectomía. En verdad, el joven no demuestra debilidad alguna cuando el hierro muerde su carne. Si en ese momento llora o grita, se convierte en el hazmerreír del grupo y en la vergüenza de su familia.
El dolor es una medida del hombre. Fracasar en dominarlo es confesar impotencia ante la naturaleza.

2 comentarios:

  1. Hola necesito por favor 1er quisiera utilizar tu resumen para un trabajo de investigación y necesito comprobar la veracidad del resumen. 2do para saber tu nombre o por lo menos otro seudónimo, para colocar al mencionarte. Espero una respuesta y disculpa las molestias

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  2. Mi nombre es Hoover, mi hija de 18 años, Tricia, fue diagnosticada de herpes hace 3 años. Desde entonces, hemos estado yendo de un hospital a otro. Probamos todo tipo de píldoras, pero todos los esfuerzos para deshacernos del virus fueron inútiles. Las ampollas siguieron reapareciendo después de algunos meses. Mi hija estaba usando tabletas de 200 mg de aciclovir. 2 tabletas cada 6 horas y crema de fusitina 15 gramos. y H5 POT. Permanganato con agua para aplicar 2 veces al día, pero todos aún no muestran resultados. Así que estuve en Internet hace unos meses, buscando cualquier otro medio para salvar a mi único hijo. justo entonces, me encontré con un comentario sobre el tratamiento a base de hierbas dr imoloa y decidí probarlo. Me puse en contacto con él y él preparó algunas hierbas y me lo envió junto con pautas sobre cómo usar las hierbas a través del servicio de mensajería de DHL. mi hija lo usó según las indicaciones del Dr. imoloa y en menos de 14 días, mi hija recuperó su salud. Debe comunicarse con el Dr. imoloa hoy directamente en su dirección de correo electrónico para cualquier tipo de desafío de salud; enfermedad de lupus, úlcera bucal, cáncer de boca, dolor corporal, fiebre, hepatitis ABC, sífilis, diarrea, VIH / SIDA, enfermedad de Huntington, acné de espalda, insuficiencia renal crónica, enfermedad de addison, dolor crónico, enfermedad de Crohn, fibrosis quística, fibromialgia, inflamatorio Enfermedad intestinal, enfermedad fúngica de las uñas, enfermedad de Lyme, enfermedad de Celia, linfoma, depresión mayor, melanoma maligno, manía, melorostostis, enfermedad de Meniere, mucopolisacaridosis, esclerosis múltiple, distrofia muscular, artritis reumatoide, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkison, cáncer vaginal, epilepsia, Trastornos de ansiedad, enfermedad autoinmune, dolor de espalda, esguince de espalda, trastorno bipolar, tumor cerebral, maligno, bruxismo, bulimia, enfermedad del disco cervical, fibrosis quística, hipertensión, diabetes, asma, artritis inflamatoria mediada por autoinmunidad. enfermedad renal crónica, enfermedad inflamatoria de las articulaciones, impotencia, espectro de alcohol feta, trastorno distímico, eccema, síndrome de fatiga crónica, estreñimiento, enfermedad inflamatoria intestinal. y muchos más; comuníquese con él por correo electrónico: drimolaherbalmademedicine@gmail.com./ también por whatssap- + 2347081986098.

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